Priorización de tareas con la matriz de Eisenhower

Hoy navegando me topé con un artículo del blog de Asana que pese a tener más de 6 meses de antigüedad no había leído aún (eso da idea del caso que les hago a sus newsletters 😅).

La matriz de Eisenhower es una vieja conocida pero la dinámica del día a día me lleva muchas veces a acabar renunciando a ella. En el artículo la explican de una forma tan práctica que he pensado que era buena idea hacer una entrada sobre ella para tenerlo como recordatorio cuando la próxima tarea trivial se cuele en mi backlog personal.

Esta matriz es una herramienta útil para priorizar tareas y asegurar que se abordan las tareas más importantes y urgentes primero. La matriz se divide en cuatro cuadrantes: tareas importantes y urgentes, tareas importantes pero no urgentes, tareas no importantes pero urgentes y tareas no importantes ni urgentes.

Os muestro la siguiente imagen para resumirlo en corto:

Las tareas importantes y urgentes deben ser abordadas de inmediato, ya que tienen una fecha límite próxima y tienen un impacto significativo en nuestras metas. Estas tareas normalmente deben de ser completadas por nosotros mismos, ya deberían de ser las más complicadas de delegar.

Las tareas importantes pero no urgentes deben ser programadas para ser completadas en un futuro próximo. Estas tareas nos ayudan a alcanzar nuestras metas a largo plazo y deben ser abordadas regularmente para evitar que se conviertan en urgentes.

Las tareas no importantes pero urgentes deben ser delegadas porque son la clase de tareas que no necesitan de nuestras habilidades específicas y podrán ser realizadas por nuestros colaboradores de confianza.

Finalmente, las tareas no importantes ni urgentes deben ser evitadas si es posible. Estas tareas suelen ser interrupciones o distracciones que nos impiden enfocarnos en las tareas importantes y que no tendrán ningún impacto significativo en nuestras metas.

En resumen, las tareas que nos van a dar resultados en el largo plazo son las importantes, y son en las que no hemos de focalizar. Las que podemos delegar, o incluso eliminar, son las que consideremos como no importantes. Al hacerlo, podemos ser más eficientes y efectivos en nuestro trabajo y en nuestras metas personales.

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