El sistema educativo español

Hace años que estoy en contra del sistema educativo que hay en España, el que en mayor o menor medida todos hemos tenido que sufrir.

Es un sistema creado mucho antes del siglo XX y que desde principios del año 2000, con la irrupción de Internet y los dispositivos móviles, se quedó obsoleto.

El sistema educativo te enseña a atender clases monotemáticas, donde un profesor explica una lección y los alumnos escuchan. Esto estaba muy bien en la época de la revolución industrial, pero la sociedad de hoy en día no necesita peones para fábricas, que cumplan unos estrictos horarios y realicen tareas repetitivas sin rechistar.

Hoy en día necesitamos gente creativa, con capacidad analítica para entender los problemas e inventiva para encontrar la solución a los mismos. Esto se consigue con clases dinámicas, donde se utilicen conocimientos originados en diferentes materias, y donde los alumnos tengan que interactuar entre ellos para hallar soluciones a los problemas que afronten.

Desde los años 60, las máquinas están incrementando su presencia en la economía productiva, y esta tendencia no ha hecho más que acelerarse – y lo seguirá haciendo en el futuro-, hasta el punto que todas las tareas que no necesiten de una intuición humana para su desempeño acabarán siendo realizadas por robots e inteligencia artificial.

Para preparar a las personas que deban vivir en este nuevo paradigma, no hay que enseñar más conocimientos, si no que hay que enseñar a aprender, a respetarnos y a tener una mentalidad crítica.

Algunos de los conocimientos que hecho en falta son:

  • Emprendimiento y funcionamiento de las empresas
  • Economía personal y gestión de patrimonio
  • Respeto, tolerancia y convivencia
  • Fisiología humana y nutrición
  • Fomento del deporte y hábitos saludables

También debemos desvincular el éxito personal con el éxito académico: basta ya de inculcar a nuestros hijos que si no obtienen buenas notas en este sistema educativo que tenemos su futuro va a ser peor. El éxito en los exámenes no son ninguna garantía de tener felicidad en el futuro. Lo único que conseguimos es cargar a los niños con preocupaciones que para nada son importantes y hacerles la infancia más amarga de lo que debería ser.

Dejo aquí esta reflexión que espero que sirva para que los que la compartís sepáis que somos muchos los que pensamos así y que debemos hacerlo público para que el sistema cambie en un futuro.

Me despido con dos videos que expresan también estas ideas. Saludos!

Jaime Altozano:

Quantum Fracture:

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